Quiero que quede presente en el comienzo de esta reseña que el juego originalmente lo jugamos e hicimos stream completo en el canal de Twitch de la web, dos directos que nos llevaron aproximadamente ocho horas de duración y que nos permitió conseguir todos los logros y coleccionables salvo uno que se nos quedó perdido por un despiste. A donde quiero llegar con esto es que la propuesta de Bloober Team es muy aproximada a la experiencia de un juego de supervivencia más clásico, salvo por el hecho de que aquí incluso la supervivencia se limita a ciertos fragmentos muy cortos del título, con lo que realmente el juego de terror que tenemos entre manos, perdería gran parte de su magia si supiéramos desde el principio que está hecho para ser vivido y no para considerarse un reto.
Y es que Bloober Team se ha convertido en un estudio que se ha acomodado en el género del terror, con títulos como Layers of Fear, Blair Witch o The Observer, y donde su planteamiento se presenta como uno de los primeros grandes juegos de esta generación que serían imposible en la pasada, aunque esto tiene truco ya que no es el potencial gráfico bruto el que nos lleva a este reconocimiento, sino el hecho que una de las bases del título consiste en alternar entre diferentes realidades y la velocidad del proceso resultaría imposible sin la tecnología de la nueva generación.
Delante nuestra tendremos la historia de Marianne, el día de la despedida de nuestro padre adoptivo nos plantearemos un viaje a un hotel perdido que tendrá la llave de nuestro pasado. Hay que decir que Marianne es Medium y tendrá la habilidad de poder alternar su realidad con una versión alternativa donde la naturaleza muerta hace acto de presencia y que será la llave para poder movernos y descubrir mediante numerosos puzzles, el camino hacia nuestra respuesta.
No tendremos armas, y apenas tendremos enemigos salvo un caso en concreto, por lo que el principal escoyo y dificultad del juego son los diferentes puzzles que tendremos que resolver, que a su vez, no son especialmente dificiles por lo que lo único que nos queda por delante será poco más que disfrutar de una experiencia e introducirnos en ella, cosa que aunque te pueda gustar más o menos, lo hace muy bien. A diferencia de otros de sus títulos, aquí no se abusa del susto fácil, es más, incluso me atrevería a decir que salvo por el mal rollo en general de algunos momentos, el miedo es casi anecdótico.
En cuanto a las diferencias de esta versión con respecto a la de Xbox Series y PC, llega en el mando DualSense, que nos permitirá utilizar el sensor de movimiento y al pantalla táctil para mover el campo de visión, además muestra una mayor inmersión en el juego. Siendo sinceros, las novedades no son lo suficientemente apetecibles como para pasar por caja si ya lo tienes o lo has jugado en otra plataforma, pero como plus para aquel que se adentra de primeras, puede ser suficiente.
La triste realidad de este juego es una que no me gusta remarcar en las reseñas, pero que se hace necesaria en este caso, y es que el precio del título con respecto a la propuesta puede parecer algo excesivo, ahora bien, la edición física que cuenta con dos ediciones, puede tener más sentido en su edición «Two Worlds«, que incluye contenidos físicos suficientes para aportar ese valor que quizás, la experiencia final del título, no lo termina de dar.
Aunque eso si, me gustaría aportar una última cosa, y es que pese a esto, el desarrollo y las horas que te dan son suficientes y no se echa en falta más horas de juego dando por buenas las que incluye, más hubiera rozado la pesadez y es que volvemos a lo que dijimos al principio, aquí apenas sobrevivimos y los enemigos casi que brillan por su ausencia, por lo que como juego, tiene poca gamificación a la que agarrarse.