Ya ha pasado más de un mes desde que The Last of Us Remake se puso a la venta, y creo que quizás es el mejor momento para hablar de el, con un tiempo prudencial desde su salida y con un producto más asentado podemos hablar de el sin tenernos que meter en la eterna pregunta que para muchos provocó el anuncio de este juego, ¿Era necesario el remake de un juego de hace nueve años? La respuesta no la tengo yo, ni la vamos a buscar en esta modesta reseña, simplemente si te puedo contestar que el juego lo tenemos en las manos y de esta manera, y sobre todo para un usuario, como soy yo, que no llegó a jugar ni al original de Playstation 3 ni a la remasterización, aparecida posteriormente en Playstation 4, la oportunidad ha merecido la pena y ahora ya podría proceder a disfrutar de esa polémica segunda entrega.
Debo de dejar constancia de un par de cosas, el hecho que no lo jugase no significa para nada que no supiese nada de el, porque obviamente tampoco vivo en una cueva y ya en aquel momento pude ver por terceras personas que The Last of Us quizás era el juego más bestia aparecido en esa generación de Playstation 3, un portento técnico que solo podía salir de las manos de Naughty Dog y que era como si hubieran hecho brujería con la máquina que tenían disponible. Es por ello que quizás, para muchos se repite la pregunta del primer párrafo, y es que la entrega original mantiene todavía muy bien el tipo y no es como el caso del Remake de Resident Evil, que llegó tan solo seis años despues del original.
Pero bueno, esta actualización pese a poder picar en los bolsillos por su precio, no sustituye a otras posibilidades que tenemos, por lo que tu como usuario si no quieres pasar por el precio completo de este título, puedes buscar en el catálogo de Playstation Hits y disfrutar de la remasterización, y nadie te va a poner un cuchillo en el cuello para obligarte de lo contrario. Así que disfruta y deja disfrutar.
Lo que nos llega es un juego con una base muy consistente, donde todo lo que teníamos se ha recreado en esta nueva generación, donde se ha mejorado lo que se podía mejorar, entre modelaje de personajes, algunas escenas, animaciones, IA y al parecer, un nuevo redoblaje. A todo esto se le suma el contenido del DLC que llegó posteriormente, Left Behind, donde podíamos conocer algo más de Ellie, y lo único que se deja fuera de lo que ya tuvimos fue el, posiblemente, innecesario multijugador que no llevaba a ningún lado.
No tendremos nuevas escenas, no tendremos cambios determinantes a nivel argumental y no se ha producido ninguna modificación del canon del juego aunque solo fuera para redondear la segunda entrega de la saga. Simplemente se ha tenido la segunda entrega como base, y han aportado de esta todo lo necesario para que lo que veamos y juguemos, no solo sea como lo que tuvimos, sino incluso mejor. Si la gente de Naughty Dog ha aprendido muchísimo de TLOU 2, lo que han querido hacer es que todas esas mejoras hagan esta primera entrega mucho mejor, con nuevas mecánicas en el gunplay y una nueva interfaz, lo que se traduce al final en una forma igual pero diferente a jugar lo que ya habías vivido.
Además, Sony ha puesto toda la carne en el asador, y ahora tenemos en nuestras manos un mando que difiere de ese Dual Shock 3, ahora con DualSense podremos disfrutar en este remake de los gatillos adaptativos y de la retroalimentación háptica, dándonos nuevas sensaciones en el juego, tanto a nivel de interacción con el escenario como a la hora de la acción.
También tenemos esa mejora de la IA que si bien aun no es perfecta, al menos no es proclive a los memes que pudimos tener en el original, donde Ellie era básicamente un incordio que daba vueltas por todo el escenario y se nos hacía imposible pensar que los enemigos no pudieran verla. Aquí es cierto que alguna vez ocurrirá, pero no es tan cantoso, no llama tanto la atención y está mucho más cuidado.
Otra cosa de la que ha bebido este remake, es de todas las opciones de accesibilidad que tenía al alcance su secuela, casi todas ellas nos resultarán innecesarias pero totalmente imprescindibles para un público para el cual, estas posibilidades le acercan aun más el mundo del videojuego. Esto es uno de esos temas que en numerosas ocasiones hemos hablado mi querido compañero y colaborador, Seth Garamonde, que pese a no ser muy fan de la secuela, como discapacitado y sobre todo, como amigo de otros en su situación o una situación más complicada, veía que todas estas ayudas acercaban el juego a un público que quiere ser más activo y para el cual, el mundo de los videojuegos puede, y debe, ser más integrador.
Y no mucho más puedo comentar, además de diferentes modalidades de juego para poder darle más rejugabilidad al título, desde un modo speedrun a una modalidad de Muerte Permantente. Y para los que disfrutan de los modo fotos, las posibilidades son un propio juego del mismo título, con docenas de opciones abruman a cualquiera.
Por lo que, tras poderlo disfrutar, y no será la última vez, que no te coman el oído con que es un remake innecesario, es la opción perfecta para volver a jugar a un juego grandioso, uno de los mejores de su género y más teniendo en cuenta que la llegada de este juego no elimina otras opciones para poder disfrutar de una trama que no se modifica con esta entrega.
