Análisis – Saints Row (2022)

Aún recuerdo la primera entrega de Saints Row, era el año 2006 y bebía demasiado de la trilogía de GTA III, obviamente con las mejoras que te permitía una generación que se estrenaba con Xbox 360.  Era indudable que en muchas cosas mejoraba la experiencia de los juegos de Rockstar, pero tenía un gran problema, la falta de carisma, una falta que entrega tras entrega mejoró al incluir humor y dejando de lado la seriedad del título por una apuesta hacia la pandilocura.  Su tercera y cuarta entrega ya incluía una trama y unos personajes que posteriormente incluso tuvieron sus propios spin off, y aunque siempre se ha considerado como un título de segunda fila, sin duda que tenía sus adeptos.

Pero la fórmula parecía agotada y la continuidad de la saga pasaba por un reinicio, y con el mismo una vuelta de tuerca que quizás, podríamos decir que no ha sido la mejor de las ideas.  Y es que las locuras e idas de olla están, pero mantiene en cierta medida un perfil más serio acompañado de una trama que no lo hace consigo misma.  Y es que en Saints Row tendremos el papel de un novato que creará un imperio del crimen junto a sus compañeros de piso, todo desde la ilegalidad, y todo aportando su experiencia como novato en el mundo de los mercenarios.

La ciudad de Santo Ileso será la protagonista de este título, donde tendremos las afueras desérticas más propias de Nuevo Mexico mezclados con zonas urbanas de rascacielos, todo en una ciudad enorme y concurrida, pero que peca de no tener vida más allá de muchos NPC que vagan sin demasiado miedo por un escenario sin alma.  

Obviamente esto no implica que la ciudad no sea un peligro para nosotros, porque las diferentes bandas defenderán sus zonas, al tiempo que la policía y la banda mercenaria Marshal estará ahí para ponernos difícil nuestro plan de llegar a lo más alto en el mundo del crimen. 

Pero bueno, nuestros compañeros de piso estarán ahí para hacernos más ameno el transcurso de la trama desarrollada por capítulos, que podremos avanzar al gusto tan solo centrándonos en las misiones principales, con la posibilidad de continuar con los numerosos coleccionables, misiones secundarias y opciones que nos da un juego que en cuanto a contenido, está bastante completo, aunque a veces falto de ideas.

Como ya sabréis, el juego dispone de un editor de personajes que nos permitirá crear casi cualquier personaje que se te pase por la cabeza, y ya solo tocará buscar los ropajes que veamos convenientes a lo largo de las numerosas tiendas que dispondremos para personalizar un personaje que ya de por sí será difícil de repetir por cualquier otro jugador.  Tendremos docenas de opciones que harán que cualquier cosa que se nos pase por la cabeza se pueda hacer realidad, ya solo quedaría que nuestra habilidad por trasladar lo que queremos hacer se vea recompensada con algo fiel a lo pensado, cosa que os aseguro, no siempre es fácil.

Las misiones y la acción, está bien llevada, y conforme subamos experiencia tendremos más opciones para asignar en el árbol de talentos de nuestro personaje, de la misma manera que las diferentes armas que tendremos a nuestra disposición irán ampliando su catálogo tras el desarrollo de la aventura, haciendo que todo cada vez sea más loco y más parecido a las idas de cabeza que encontrábamos en las anteriores entregas.  

Por otro lado tendremos las etapas de conducción, tendremos opciones de tierra, mar y aire, con vehículos sin licencias pero donde ya no solo nos limitaremos a apretar al acelerador, sino que tendremos diferentes habilidades y opciones para poder enfrentarnos a otros vehículos en una suerte de locura destructiva que puede llegar a ser satisfactoria dentro de otras opciones más clásicas.

En el plano técnico, quizás no convence como otros tantos títulos que tenemos a nuestra disposición, pero se ve bien y el diseño de la ciudad son resultones, que quizás choca con un cuidado más bien torpe en el diseño de NPC y sus animaciones, ya no hablemos por la IA porque a veces uno duda de eso exista detrás de esos seres que corretean como si fueran hormigas sin llegar a ningún lugar.

Un punto muy negativo, y que lo comparte con el GTA V, aunque el juego está subtitulado al castellano, las voces están en inglés y parte de la trama se desarrolla mientras conducimos vehículos, lo cual nos lleva a muchas veces o bien dejar de lado el enterarnos de que va todo, o repetir algunas misiones por desviar los ojillos a las líneas de texto.  El resto del tiempo lo disfrutaremos eso si, con una banda sonora en la que se han gastado «los dineros» dentro de las diferentes radios disponibles.

Pero seamos sinceros, la propuesta de Volition, lejos de ser nefasta, peca de ser repetitiva y sin alma, trasladándonos a la primera entrega en una suerte de poca carisma y relleno que a veces nos golpeará con las ganas de continuar un título que no aporta nada nuevo, una de estas obras que esperas que te hubiera gustado mucho más y que lamentablemente aburre salvo en puntos muy concretos de la obra.