Análisis – Los Pitufos: Operación Vilhoja

Microids en los últimos años se ha convertido en aquella compañía que es capaz de trasladar gran parte del cómic europeo al videojuego, ya lo vimos con Blacksad, con numerosas entregas de Asterix y Obelix, y con la de Marsupilami que podremos ver en unos días.  En este caso la licencia es sobre la obra de Peyo, que algunos disfrutamos en tiempos remotos como series de animación y otros tantos disfrutamos en el mundo de los «tebeos», gran recuerdo tengo de «Los Pitufos Negros».

En este caso, y casi como todas las veces que los pitufos han protagonizado un videojuego, el público final de este es el más jovén del hogar, un juego infantil que aun así, es perfectamente disfrutable para todo aquel que quiera un producto tranquilo que parece de otra época, un plataformas 3D con docenas de coleccionables y muchísima, muchísima exploración.

Detrás del juego está la gente de Osome Studios, y la propuesta ya está resumida en el primer párrafo, pero a nivel argumental la cosa es sencilla, el terrible Gárgamel ha provocado que un nuevo tipo de planta amenace todo el bosque y especialmente al hogar de los pitufos, unas plantas agresivas que infectan la naturaleza y en algunos casos, atrapan a los pitufos.  Nuestra labor es en principio crear un remedio para esto y posteriormente concentrarnos en dos cosas, buscar a todos los pitufos y a curar nuestro entorno de esta infección.

A cambio, lo que tendremos son plataformas, pequeños puzzles y enfrentamientos ligeros, pero sobre todo, muchos coleccionables que nos harán recordar aquellos tiempos donde la dificultad no estaba en conseguir pasarse el juego, sino en hacerlo al 100% y es donde acierta este juego y destaca más allá de un juego infantil.

Os lo digo de verdad, empecé esta propuesta con mis pegas, y solo el hecho de que realmente es uno de los únicos productos del cómic belga que aguanto ha hecho que le diera una oportunidad y no pasase de la oportunidad, pero a decir verdad no solo no me arrepiento sino que me ha dado buenos momentos porque ante todo, más que un juego sumamente divertido, es una propuesta enormemente entretenida y que te hace disfrutar de dar vueltas y vueltas para completar los diferentes capítulos y escenarios, volviendo sobre tus propios pasos para poder hacer que el marcador llegue a ese 100%.

Tendremos a cuatro pitufos disponibles para esta ardua tarea, empezaremos con fortachón, continuaremos con filósofo y también dispondremos de cocinero y pitufina, eso no quita que nos encontremos a Papá pitufo, Pitufo bromista, inventor y otros tantos miembros del poblado.  Cinco escenarios diferentes perfectamente rejugables, donde en principio y a nivel de trama lo estrenaremos con el pitufo preseleccionado pero que podremos revisitar al gusto y tendremos que hacerlo si queremos sacarle todo el jugo.  Para ayudarnos a curar los terrenos tendremos el pitufumigador y como si de Super Mario Sunshine, tendremos que ir fumigando todos los puntos del escenario y de camino, obteniendo objetos para poder mejorar nuestras funciones y poder abrir nuevos puntos en las diferentes localizaciones.

No estamos ante un título largo, más bien lo contrario, media docena de horas que se multiplica si queremos pasar por el coleccionismo más completo.  Tampoco estamos ante un prodigio técnico, es más, podríamos decir que parece un legado de otro tiempo por simpleza técnica y propio de incluso otra generación, pero es perdonable ya que no busca el realismo. 

El juego se encuentra totalmente traducido al castellano, aunque alguno diría que al pitufiano, porque la adaptación a este particular pitufidioma empieza por lo curioso, pese a que a veces desespera.  Quizás puestos a quejar, algunos comentarios se repiten demasiado llegando a ser pesados, como cada vez que salta pitufo fortachón suelte su frase, cosa que sería ignorable si no fuera porque estamos ante un plataformas.

En definitiva, tengo claro que no soy su público potencial pero al mismo tiempo si se ver el potencial que ofrece, siendo un juego que ha pasado casi de puntillas y aunque no juega a tener una alta repercusión, el resultado si es digno de tener en cuenta sobre todo para los pequeños de la casa.