Análisis – Kitaria Fables

Me encantan los juegos de granjas, y aunque es un género que literalmente tiene décadas a las espaldas, en los últimos años desde el pelotazo de Stardew Valley, muchos grupos independientes son los que se han unido a dar una nueva propuesta del género y con ello un aporte y diferencia a un producto que mezcla la gamificación con la posibilidad de desconectar, siendo sin duda, las propuestas más relajantes que podríamos disfrutar.

Por lo que la propuesta de inicio de Kitaria Fables, que es meter juego de granjas junto a un RPG, crafteos, recolección y todo el pack completo, con una guinda de pastel en forma de protagonista gatuno y compañeros animales antropomórficos, da lugar a que al menos, a muchos le llame la atención.  La formula incluye demasiados elementos y quizás desde el primer momento este sea el punto negativo para el desarrollo del mismo, el no poder aportar a todos la profundidad que se necesita, pero vayamos por partes.

La granja, los cultivos y todo ese punto del juego está ahí por cumplir pero no por necesidad, la gente de Twin Hearts han introducido las mecánicas que para muchos ha sido el referente del juego y con ello ha enmascarado una realidad, y es que toda esa formula es innecesaria y puede evitarse, y es que salvo en algún momento que alguna misión te pida un poco de vida agrícola, la realidad es que al final puedes acabar el juego con la sensación de que era nada más que un minijuego dentro de otra propuesta.

La realidad es que seremos el minino Miaurgan Von Whiskers, declarado protector del poblado de «Paw Village»,  donde la vida es apacible y feliz hasta que un misterioso poder parece interferir y hacer que terribles monstruos ataquen a los habitantes del poblado.  Nuestra misión obviamente será defenderlos y traer de nuevo la paz, pero para llegar a ello tendremos que pasar por equiparnos, o lo que viene a ser: explorar, recolectar y craftear, porque claro, serás el protector de la villa, pero los pueblerinos no están ahí para ayudarte en su protección, obviamente.

Al final todo pasará por mirar el mapa, hacer misiones secundarias, volver a mirar el mapa, buscar x objeto, hacer más misiones secundarias y diluir la trama en multitud de horas de preparación y vueltas, muchas, muchas vueltas.  Por que nos perderemos a las primeras de cambio y el juego ayuda lo justo para ubicarte.  

Ahora bien, el juego hay que tomárselo con relax, relax y mucha paciencia, porque el eje de todo es el crafteo y para ello tendremos muchas opciones por delante para ir cumpliendo y obteniendo materiales necesarios para disponer de mejores armas, armaduras y objetos.  Siempre tendrás algo que hacer, pero siempre implicará moverse y explorar, y sabiendo que lo que buscas quizás no sea fácil de encontrar.  

Como nuestra principal misión será recolectar, tendremos que tener en cuenta que nuestro espacio es limitado y los problemas de inventario están a la orden del día.  Podremos guardar materiales en diferentes arcones a lo largo del escenario, pero este no estará conectado con ningún otro, por lo que es poco recomendable guardar objetos de cierta dificultad ya que el control de inventario te tocará a ti.

En cuanto al sistema de combate estaremos delante de un JRPG clásico por turnos, demasiado diluido y bastante sencillo, lo que añade valor a la propuesta para introducir al género a gente que no esté muy acostumbrada al mismo.  Tendrás diferentes opciones para atacar, ya sea con armas cuerpo a cuerpo, armas a distancia o magia, y dentro de esta sencilla fórmula, adaptarte para una experiencia sencilla para todos los públicos.

Pero bueno, tampoco estamos ante un triple A, más bien ante una propuesta sencilla para todos los públicos con una ambientación colorista y que agrada a cualquiera.  Se nota perfectamente que no es un prodigio técnico, pero no lucha por ser eso y funciona perfectamente tanto en su versión de Playstation 4 como en la de Switch, ya que hemos podido probar ambas. 

Conclusión

Si viniste por las granjas, este no es tu juego, si llegaste por el JRPG, tampoco lo es, y es que Kitaria Fables es la apuesta sencilla para llegar a un público general, con diferentes opciones pero sin apenas profundizar en todas ellas, lo que da lugar a un juego apto para pasar el rato, con una duración más que aceptable y a un precio reducido, pero que no está aquí para asombrar a nadie.