Eran los locos años 90 cuando una versión de mí mismo con unos 30 años menos visitaba un centro recreativo con amigos y compañeros de clase. No sabría decir si era la primera vez que veía el juego, pero de seguro fue la primera vez que lo vi en su mueble original y lo jugué con otros tres amigos.
Pese a que mi maltrecha vista me hizo manquear lo más grande, la experiencia se me antojó maravillosa, sobre todo porque no recuerdo cuánto dinero me dejé en aquella máquina recreativa con tal de que “siguiera la fiesta”.

Por supuesto conocía y veía la serie y por supuesto le guardo buenos recuerdos al juego, que no era otro que el primer arcade de las “Tortugas Ninja”. Luego llegó a mis manos la versión de SNES de la segunda parte, más tarde la versión arcade de ese juego y por supuesto la entrega original que jugué en aquel salón recreativo, que ahora podía jugar con emulación en mi casa.
Pudiera decirse que, tras tres párrafos de texto sin hablar del juego que analizamos me estoy enrollando mucho, pero debéis entender a quienes está dirigido este título. No significa, claro está, que no pueda jugarlo alguien que no haya vivido esos tiempos, pero ciertamente le costará más pillar ciertas referencias y detalles.

Entrando a hablar del título que nos toca, viene a ser una “tercera parte” de la saga, contando las dos primeras arcades y continuando las mismas mecánicas, con una más que obvia mejora en calidad gráfica y jugable. Para empezar, la primera en la frente. Dado que no tienen ahora la limitación de memoria que había en la época, a duras penas se han reaprovechado algún frame de un personaje a otro, es decir, las tortugas no son todas un mismo sprite con la paleta de color del antifaz cambiada. No es que en las recreativas fueran todas iguales, pero las diferencias se han acentuado, y mucho.
Cada una se mueve de forma distinta, ataca de forma distinta, y tiene un equilibrado distinto. Y ya no hablemos de los personajes extra, que son todos totalmente diferentes. Lo mismo podemos decir de los enemigos. Los soldados mecánicos del Clan del Pie ahora son totalmente diferentes entre ellos, tanto en ataques como armas a un nivel superior a los arcades de la época.

Además, tampoco sufrimos la repetición y monotonía de los escenarios originales, que pasan de estar montados por “tilesets” a ser fondos con múltiples capas y todo lujo de detalles. No faltarán las transparencias y una ingente cantidad de detallitos para aumentar la inmersión. No hay más que comparar una secuencia de alcantarillado del juego original con la que tenemos ahora.
En el terreno jugable, os diré que pensaba que el juego era más pausado que el arcade pero, claro, el personaje con el que jugaba era Donatello, que tiene más alcance pero es más lento. Cuando coges un personaje rápido, es otro mundo. Como hemos dicho, cada personaje tiene sus propios atributos y son muy diferentes. Algunos hacen mejores ataques aéreos y otros llevan mejor el deslizarse por el suelo. La variedad está más que garantizada. Hay también una gran riqueza de combinaciones para enfocar cada tipo de enemigo y, si nos tomamos la molestia de investigarlas, nuestra eficiencia mejorará sustancialmente. Algunas habilidades de los personajes, son claros guiños a otras franquicias como Street Fighter.

Además de atacar y saltar, contaremos con una más que poderosa esquiva y además podremos agarrar a los enemigos (y lanzarlos contra la pantalla como en “Turtles In Time”). Saber qué ataque usar en cada enemigo y como agruparlos para demolerlos es el pan nuestro en este tipo de aventuras y esta no va a ser menos.
Además, el juego se esfuerza mucho en no ser “tramposo”. Cuando algo viene a gran velocidad desde fuera de la pantalla nos avisa de antemano. Si hay objetos delante nuestra, los vuelve transparentes para que no nos molesten en demasía, aunque en algunos casos concretos no ocurre.

Sobre personajes, además de las consabidas tortugas, contamos ahora con April (Abril en España) y el Maestro Splinter (Astilla en España) como compañeros de armas. Supongo que se habrán cansado ambos de ser secuestrados y habrán decidido prepararse para la ocasión, además de aportar una gran variedad adicional. Como desbloqueable contaremos con Casey Jones, otro parroquiano de la serie y películas. Además, para subir el listón de esos cuatro personajes simultáneos, ahora pueden jugar seis personajes a la vez, si sois capaces de distinguir algo en el caos de gente que se reparten “amor” en pantalla. ¡No hemos reparado en gastos!
Contamos con una barra de ataques especiales (y un correspondiente botón) que se llena según dejemos KO a los enemigos (aquí no matamos, que esto es para niños). También podemos usar una burla para rellenar la barra, lo que confiere una cierta estrategia a tener en cuenta si no hacemos speedrun. Puestos a buscar algún “pero”, hubiera preferido poder asignar combinaciones habituales como “salto+ataque“ al botón sobrante. También tenemos un super-modo, que activaremos si pulsamos el botón de burla con toda la barra de ataques especiales llena. Hay que tener cuidado, porque podemos activar ese modo sin querer al burlarnos si no nos fijamos en la barra de ataques.

Tendremos un modo historia, donde podremos disfrutar las fases por separado e incluso ir mejorando un poco a nuestros personajes según avancemos además de encontrar una serie de coleccionables que nos solicitarán personajes muy conocidos de la serie o encontrar cameos ocultos que han querido pasarse a saludar. Podremos repetir los niveles cuantas veces queramos o con distintos personajes y tendremos un mapa al estilo Castle Crashers (o Super Mario Bros 3 además de muchos otros) para seleccionar nivel.
Por otra parte, contamos con un modo arcade, por si nos da el momento nostálgico. Un número de vidas y continuaciones limitados y todos los niveles uno detrás de otro y a ver si somos lo suficientemente duros para afrontarlos. Atentos a los logros por estas cosas, porque algunos no tienen desperdicio como aquel de “Modo 7” en claro homenaje a la Super Nintendo.

Sobre el apartado sonoro es, de hecho, un punto y aparte. No solo tiene unas composiciones magistrales que nos recordarán en gran medida los temas de la antigua Konami (cuando molaba), sino que también han traído a los actores originales de las voces de las tortugas (Cam Clarke como Leonardo, Rob Paulsen como Raphael, Townend Coleman como Michelangelo y Barry Gordon como Donatello además de Peter Renaday como Splinter o Pat Fraley como Krang). En honor a la verdad, nosotros los hispanohablantes no notaremos tanto el detalle, porque la vimos doblada, pero no deja de ser una gran muestra de cariño. Notaremos la ausencia de James Avery como Shredder (falleció hace ya casi 10 años) o Renae Jacobs como April O’Neil (Sigue entre nosotros, pero no ha vuelto a interpretar el papel). De todas formas, las voces sustitutas mantienen el nivel de calidad y el estilo de las clásicas sin problemas. Tampoco faltará el tema clásico de la serie insertado en una intro a la altura de la misma o algún que otro tema más en ciertos niveles, cantados y con una gran calidad acústica.
Sobre el argumento, pues lo de siempre, dicho en el mejor de los sentidos. Shredder (Despedazador en España) vuelve a hacer de las suyas con sus lacayos y queda en nosotros el ponerlo en su itio machacando botones sin prisa pero sin pausa. Habrá pequeñísimos giritos, pero esto no es Hamlet, y todos lo sabemos y no lo querríamos de otra forma.

La nostalgia es un “condimento” que últimamente se usa para vendernos lo que sea, pero cuando se usa bien, realza el “sabor” de un buen producto en lugar de solo disimular su mala factura. En este caso, no hay nada que disimular. Estamos ante un producto bien cuidado y hecho con una grandísima cantidad de amor. Si eres joven o no viviste el original, tienes ante ti un gran beat’m up con personajes carismáticos y una muy buena factura de desarrollo.
Ejemplificando un poco esa nostalgia, no faltarán detalles conocidos de las recreativas, como el título de cada nivel con la silueta del jefe de fase dibujada, alcantarillas donde podemos caer, la habilidad de lanzar enemigos contra la pantalla o un sinfín de pequeños detalles que nos harán sentir como en casa a aquellos que disfrutamos los títulos de Konami en aquellos años.

Entre las partes no tan buenas, quizás, podríamos resaltar que no tiene demasiado contenido. No es un juego caro, pero la partida la podemos acabar en una tarde (más bien tirando a menos) y el resto será completarlo con otros personajes, el modo arcade, buscar coleccionables, desafíos y cosas por el estilo. De todas formas, esto es un “mal” del que adolecen muchos juegos del género y no sería justo señalar a este título como si fuera un exponente inferior por ello. Algunos extras, como galería de bocetos, entrevistas y cosas por el estilo se habrían agradecido. Además, la traducción al castellano no está todo lo pulida que debiera.
Por último, un aviso a navegantes. La versión que se ha probado para escribir estas líneas es la de PC, que soporta cooperativo local a 6 jugadores (mirad las fotos) y también en online. Por lo visto, no sucede así en las versiones para consolas de Sony, al menos en tiempos de redactar estas líneas. Si es tu deseo jugar con amigos en local, ten este factor en cuenta. Aun con todo, es una experiencia que merece la pena en cualquier plataforma.
